¿Platicamos?
Este es el espacio donde comparto mi opinión sobre los libros que voy leyendo y algunas de las cosas que me van gustando: algunas frases, videos, uno que otro chistecillo. Todo sin el compromiso de quedar bien... o mal.
Ahora nuestras reseñas llevan calificación. La nota máxima es un 5 y la mínima es 1. ¿Te animas a darnos tu opinión?
Índice de reseñas
Haruki Murakami
¿De qué trata?
“La muerte del comendador” de Haruki Murakami es una novela, en dos tomos, publicada en octubre de 2018 (libro 1) y en febrero del 2019 (libro 2). En él se nos habla de un protagonista, del que nunca sabemos el nombre, y de su crisis ante la inesperada solicitud de divorcio por parte de su esposa. Si estás leyendo esto, debes saber que no es espóiler, dado que se sabe al inicio de la historia. Lo interesante es todo lo que se desarrolla a partir de este momento tan crítico para el protagonista.
Algo más...
El personaje principal, pintor retratista de profesión, se retira a una casa aislada en el campo para encontrar inspiración. Allí, en el desván, descubre un cuadro misterioso titulado "La muerte del comendador", obra del padre de su amigo y dueño de la vivienda que habita: el famoso pintor Tomohiko Amada. A partir de este hallazgo, el protagonista se ve envuelto en una serie de eventos extraños que lo llevan a cuestionar su propia identidad y propósito.
Acompañado por un vecino suyo, un joven enigmático llamado Menshiki, el pintor comienza a investigar la historia del cuadro y la vida de Amada. A medida que avanza en su búsqueda, se adentra en un mundo de lo paranormal y surrealista, donde los límites entre la realidad y la fantasía se fusionan manteniendo el estilo característico del autor.
En el segundo volumen, la trama se vuelve aún más compleja y enigmática. El protagonista continúa su búsqueda de respuestas, explorando los misterios del cuadro y su conexión con la vida de Amada. A medida que se adentra más profundamente en este mundo paralelo, se enfrenta a desafíos cada vez mayores y debe tomar decisiones cruciales que determinarán su destino.
Razones para leer "La muerte del comendador"
Haruki Murakami es un escritor ya muy conocido, con un grupo de admiradores y detractores muy bien definidos, y, sin embargo, parece ser que el primer grupo sigue siendo mayor al segundo, dado que cada obra de este autor se convierte en un éxito apenas llega a las librerías, pero ¿por qué consideramos que vale la pena leer esta historia?
Porque la novela explora temas como la identidad, la creatividad, el amor, la pérdida y la conexión con el pasado. A través de una narrativa rica en simbolismo y referencias culturales, Murakami crea una historia fascinante que invita a la reflexión y la introspección. El protagonista, al buscar respuestas, a su situación marital, explora temas universales como la identidad, la pérdida, el dolor, los hijos. Como reflexionaría él mismo en algún momento: “El aire y el amor eran cosas muy importantes, pero no podía vivir solo con eso”. Es una novela de misterio y suspenso muy bien manejada, que crea tensión en muchos momentos para el lector. Murakami nos regala más de su ya dominado manejo del realismo mágico y uno acaba comprando todo lo que nos narra. Sus personajes son complejos y cada uno tiene un toque que nos hará dudar de él o amarlo: ¿Acaso existe en el mundo algo completamente correcto y algo completamente erróneo? Muestra una relación de amistad entre el protagonista y el personaje más joven, una enigmática Marie, que nos regala una sensación de calidez a lo largo de toda la novela. Por último, pero no menos importante, nos habla de la importancia del arte dentro de la vida del ser humano. Nos ameniza, como siempre, con una lista de piezas musicales mientras nos narra esta historia y suma información importante sobre la pintura y la cultura japonesa.
“La muerte del comendador”, tomo 1 y 2, es altamente recomendable, además de lo ya descrito, porque a pesar de ser una novela muy larga, es una obra ligera que se lee rápidamente. En ella encontrarás información interesante, material para hacer una playlist con la música que menciona el autor y, por último, invitamos a leer esta obra porque, tenemos que reconocerlo, en Historias en el tintero somos parte del club de admiradores del autor.
*MRAU/03102024
Photo © Valentin Lauvergne
Valérie Perrin
Sinopsis
Esta historia, publicada en francés en el año 2019, es la llamada por algunos el “himno a las cosas simples”. Nos cuenta la vida de Violette Toussaint quien, cuando inicia la novela, trabaja de guarda de cementerio. La protagonista es una mujer empática, valiente y fuerte que nos compartirá la historia de su vida de una manera sencilla, como si no pasara nada… cuando pasa mucho.
Reseña
La novela explora temas como el amor, la pérdida, la soledad, la esperanza y la belleza de la vida cotidiana. Un libro altamente recomendable porque los personajes son entrañables, muy bien perfilados y con una evolución interesante. De lo mejor, en mi opinión, es que los personajes son gente como uno, perfectamente normal que viven las consecuencias de sus actos para bien y para mal. Si el lector se pone en los zapatos de cada uno de ellos seguro encontrará que en algún momento de su vida ha vivido las mismas emociones.
La historia está muy bien contada, con saltos de tiempo perfectamente manejados que te llevan poco a poco a conocer todos los eventos que formaron la vida de Violette.
Perrin maneja muy bien el clímax de la narración y las emociones dentro de cada uno de los personajes. Aunque fuerte en algunos momentos en general es una gran historia llena de amor por los hijos, los amigos, la vida y el futuro.
Cosas que me gustaron de la historia:
*Violette. Es un personaje interesante que valientemente se enfrenta a lo que la vida le va dando.
*Philippe Toussaint. Es, quizá, el antagonista de Violette al mismo tiempo que su alter ego sin embargo uno no puede detestarlo. Su parte de la historia nos enseña lo compleja que puede ser la naturaleza humana y el gran impacto que tiene sobre nosotros la relación con nuestros padres.
*Si te interesa escribir, este libro es un buen ejemplo de como desarrollar personajes, el manejo del tiempo, el clímax, los personajes e historias secundarias. Lo mejor es que lo hace de una manera clara pero no obvia lo que hace que el lector se crea lo que lee.
¿Quién es Valérie Perrin?
Es una novelista, guionista y fotógrafa francesa, nacida el 19 de enero de 1967 en Remiremont, Francia.
Es conocida principalmente por sus novelas, que han sido traducidas a varios idiomas y han recibido numerosos premios. Sus novelas se caracterizan por su sensibilidad, su poesía y su capacidad para retratar la belleza y la dureza de la vida cotidiana.
A menudo explora temas como la soledad, la pérdida, el amor y la esperanza.
Entre sus obras más conocidas se encuentran:
"Los olvidados del domingo" (2015): narra la historia de dos hermanos que se reencuentran después de muchos años y descubren un secreto familiar.
"Camille" (2017): cuenta la historia de una joven que busca rehacer su vida después de una tragedia.
"Tres" (2021): explora la historia de tres amigos de la infancia a lo largo de 30 años.
Además de novelas, Perrin también ha escrito guiones para películas y series de televisión, y ha trabajado como fotógrafa de plató en varias películas de Claude Lelouch.
En 2020, fue la autora más vendida en Italia.
Sus novelas han sido elogiadas por la crítica y por los lectores por su sensibilidad, su poesía y su capacidad para conectar con las emociones del público.
Calificación: ⭐⭐⭐⭐⭐/5
MRAU /16042024
Stefan Zweig
El autor
Stefan Zweig nace el 28 de noviembre de 1881 y muere el 22 de febrero de 1942. Fue un ecritor, biógrafo y activista social austríaco, posteriormente nacionalizado británico, en la primera mitad del siglo XX.
En 1904 apareció su primera novela, género de especial frecuencia en su carrera. Zweig desarrolló un estilo literario muy particular, que aunaba una cuidadosa construcción psicológica con una brillante técnica narrativa. Si bien fue uno de los más conocidos y reputados escritores entre 1930 y 1940, desde su muerte su fama empezó a decaer. Afortunadamente en los últimos años su obra ha retomado fuerza y hoy encontramos casi todo su trabajo fácilmente y a precios accesibles.
¿De qué va “Mendel, el de los libros”?
Es un cuento que nos narra la historia de un viejo vendedor de libros de segunda mano que pasa sus días instalado en la cafetería vienesa llamada “Café Gluck”. Judío, de nacionalidad rusa llega a Viena desde su juventud sin embargo embebido en sus libros se olvida de todo y vive en esas historias que lee más que en los sucesos reales del día a día. Su vida se ve afectada gracias al inicio de la Primera Guerra Mundial y nos enteramos de una historia que no nos será indiferente. Mendel es un hombre excéntrico y de aspecto desaliñado cuya historia te conmoverá y te dará muchos temas para pensar y comentar.
*SPOILER ALERT*
“Mendel, el de los libros” es un cuento con tanta información que es casi imposible hacer una reseña más detallada sin cometer alguna indiscreción sobre la trama. Para los que quieren saber un poco más y no temen a los spoilers aquí está el resto de la reseña.
Acusado erróneamente de colaborar con los países enemigos, Francia y Gran Bretaña, en 1915 es enviado a un campo de reclusión. Tras dos años encerrado es puesto en libertad, regresando al Café como si nada hubiera ocurrido. Pero su memoria ya no es la misma, ya no puede leer, sus clientes han desaparecido, todo su entorno ha cambiado, reflejando el padecimiento sufrido, lo que contribuye a su trágico final. *FIN SPOILER ALERT*
Aspectos destacados del cuento:
La profunda caracterización de Mendel, un personaje entrañable y lleno de humanidad.
La vívida descripción del ambiente en la Viena de la época, marcada por la guerra y la tensión social.
La reflexión sobre el papel de los libros en la vida de las personas y su poder para consolarnos y enriquecer nuestro espíritu.
Calificación: ⭐⭐⭐⭐/5
Satoshi Yagisawa
Tatako, una joven de 25 años, tras una desilusión amorosa decide huir de Tokio y refugiarse en la pequeña librería de su tío, “Morisaki”, ubicada en un pueblo costero. Está en el barrio de librerías más grande del país, Jimbocho, y allí, rodeada de libros y personajes entrañables, comienza a sanar su corazón y descubrir el placer de la lectura.
Lo que me gustó:
La atmósfera acogedora: La novela te transporta a la pequeña librería “Morisaki”, donde el tiempo parece detenerse y los libros son los protagonistas. Es una librería de segunda mano y los clientes son interesantes, sutiles descriptores de lo que va viviendo Tatako. La descripción del lugar es tan vívida que puedes sentir el aroma a papel viejo y la tranquilidad del ambiente.
Los personajes entrañables: Tatako es una protagonista con la que es fácil conectar. Su viaje de autodescubrimiento y sanación es inspirador. Los personajes secundarios, como el tío de Tatako, la señora Matsuno y el joven Satoru, también son encantadores y aportan calidez a la historia.
El homenaje a la literatura: La novela está llena de referencias a autores y libros japoneses, lo que la convierte en una lectura ideal para los amantes de la literatura. Además, te invita a descubrir nuevas obras y autores.
La prosa sencilla y poética: La escritura de Satoshi Yagisawa es fluida y agradable. Sus descripciones son precisas y evocadoras, y te permiten sumergirte por completo en la historia.
El manejo del conflicto: o la aparente nula presencia del conflicto. Esta es una obra donde nos muestras temas serios, pero los trata como solo los japoneses puedes hacer: de una manera sutil y respetuosa. Para algunos esto podría ser algo negativo porque no es una historia que te haga detenerte para digerir lo que está pasando, sin embargo, te deja un dulce sabor para varios días y te hace reflexionar sobre las relaciones humanas.
En general:
"Mis días en la librería Morisaki" es una novela encantadora y reconfortante que te invita a reflexionar sobre la importancia del autoconocimiento, la lectura, la amistad y la familia. Es una lectura ideal para quienes buscan una historia sencilla y emotiva que les haga sentir bien.
Recomendación:
Si te gustan las novelas costumbristas, los personajes entrañables y las historias que te hacen sentir bien, "Mis días en la librería Morisaki" es una lectura que te encantará además de que es la primera parte de una bilogía. La segunda obra se llama “Una velada en la librería Morisaki”.
Advertencia: si lo tuyo no es la lectura cozy o te gustan las historias con personajes de grandes conflictos…esta novela NO es para ti. Los personajes tienen una evolución muy sutil, casi pasa sin notarla y eso a un sector de lectores puede no gustarle.
Puntuación: ⭐⭐⭐⭐/5
Jussi Adler-Olsen
Primer libro de la serie "Departamento Q".
Un thriller psicológico adictivo y perturbador
"La mujer que arañaba las paredes" del autor danés Jussi Adler-Olsen, es la primera entrega de la serie "Departamento Q". Este thriller psicológico te atrapa desde las primeras páginas y te mantiene en vilo hasta el final.
La trama
La historia gira en torno a la desaparición de Merete Lynggaard, una joven y prometedora política danesa, ocurrida en 2002. Cinco años después, el caso sigue sin resolverse y la policía no tiene pistas. Es entonces cuando entra en escena el Departamento Q, una unidad especial dedicada a reabrir casos archivados.
Los personajes
Carl Mørck, un detective con un pasado turbulento lidera el Departamento Q. A su lado está Assad, un joven policía con un gran potencial y lleno de sorpresas. Juntos, se embarcan en la investigación de la desaparición de Merete, enfrentándose a un sinfín de obstáculos y pistas incompletas.
Lo que me gustó
La trama es adictiva y el suspenso se mantiene de principio a fin.
Los personajes son complejos e interesantes. El detective Mørck tiene una vida complicada, como parece ser la vida de todos los detectives de novela negra, sin embargo, no es lo que guía la narración.
La atmósfera es oscura y claustrofóbica. El autor hace una descripción muy buena de las situaciones críticas de la novela por lo que pueden ser fuertes para personas muy sensibles a estos temas.
El final, en mi opinión, es muy bueno porque es realista con un toque amable para el lector que padeció la tensión de toda la historia.
Lo que no me gustó
Algunos detalles de la narración no me quedaron muy claros, pero pienso que son más un tema de traducción que de la escritura.
Hay cosas que quedan pendientes por aclarar, aunque se sabe qué es necesario leer toda la serie para conocer toda la vida de Mørck.
Kim Wright
Calificación: 3/5
Hoy comentaremos la tercera novela de la escritora estadounidense Kim Wright: “Las chicas de Canterbury”. La autora ha ganado dos veces el premio Lowell Thomas otorgado por la Sociedad de Escritores Estadounidenses de Viajes por sus reseñas de comida, vino y los viajes que ha realizado por más de 20 años, pero ¿por qué nos interesa eso? Porque, sin lugar a duda, una gran parte de su trabajo, del amor que siente por él, lo veremos plasmado en la historia de Che de Milan.
¿De qué va este libro?
La protagonista, Che, es hija de un matrimonio hippie y en ese efecto muy frecuente de llevar la contra a sus padres ella opta por una vida más tradicional: ser catadora y crítica de vinos. Tiene una buena vida en todo sentido, un trabajo exitoso, una relación sólida con su novio y una buena relación con su madre quien inesperadamente se encuentra gravemente enferma. Su mamá, rebelde de corazón, retoma su relación con dios durante esta etapa de la vida y le hace prometer a Che que, cuando muera, llevará sus cenizas a Canterbury. Con lo que Che no contaba es que perdería a su madre al mismo tiempo que su amado novio, Ned, decidía cambiar de rumbo y de pareja.
¿De dónde se inspira la trama?
“Las chicas de Canterbury” es la historia de Che y de un grupo de ocho mujeres rumbo a la Catedral de Canterbury. La trama está inspirada en el famoso libro inglés “Cuentos de Canterbury”. Ahí, igual que en el libro de Geoffrey Chaucer, las peregrinas irán contando sus historias y al final del viaje premiarán la mejor narración. En este caso, la historia eje la conocemos desde la perspectiva y la voz de Che, sin embargo, cada vez que las peregrinas cuenten sus historias, la voz narrativa será la de la protagonista de la narración en turno.
El título, “Las chicas de Canterbury”, nos dice mucho en pocas palabras. Es un título curioso dado que las mujeres de esta historia, en su mayoría, son mujeres adultas y no precisamente “chicas”. El título original, “The Canterbury Sisters” (literalmente “Las hermanas de Canterbury”), es un título mucho más adecuado, dado que de eso trata realmente la historia, de la hermandad que se genera entre estas mujeres tan diferentes tras recorrer un camino juntas y conocer sus historias. No digo con esto que sea un mal título porque es lo suficientemente atractivo para leer el libro, sin embargo, con la traducción, se pierde un poco del encanto y la calidez del nombre original.
¿Qué tal el libro?¿Los personajes?
El trabajo de Wright es ordenado. Desde el inicio, el lector sabe por dónde irá la narración e incluso se va señalando a lo largo de la lectura a qué mujer le toca hablar. No hay saltos de tiempo complicados, maneja un vocabulario accesible para cualquier tipo de lector, la historia la divide en capítulos y nos lleva a un final hasta cierto punto esperado. Los personajes no tienen la misma calidad de desarrollo. Las mejores historias, como es natural, cuentan con un mejor desarrollo de estos e incluso logran una gran empatía por parte del lector. Desde mi muy personal punto de vista el talón de Aquiles de la novela es la protagonista obvia. Ella va al viaje con la idea de cumplir la última voluntad de su madre y no va preparada para la jornada de retrospección que se le plantea de pronto, pero siendo justos, ¿quién lo estaría? Che no acaba de involucrarse con sus compañeras y eso hace que su historia pierda mucho. Es un “viaje del héroe” donde el héroe duda entre serlo o no y eso se nota. Si la vemos a ella como el personaje principal su historia podría ser mejor, pero si la consideramos el pretexto para los otros relatos entonces hace bien su papel. Lo interesante y lo que tendrá que definir cada lector es que papel juega Che en la historia colectiva del libro.
¿Para quién es este libro?
Principalmente para los lectores románticos. “Las chicas de Canterbury” es una lectura suave para los lectores muy exigentes, aunque me parece que es la lectura ideal tras una lectura compleja. Es ligera y se lee rápido, aunque reitero, en mi opinión le falta un poco de calidez. ¿Vale la pena la historia? Sí, porque no solo se trata de Che. Hay otros personajes valientes que abren el corazón y que se ganan nuestra buena voluntad.
¡Feliz lectura!
Fernando Aramburu
Fernando Aramburu ha escrito 21 libros de diversos géneros antes de llegar a “Patria” y sin embargo esta es la obra que ha hecho que el mundo entero dirija la vista hacia él. No es la primera vez que el escritor toca el tema de ETA en sus narraciones entonces ¿qué hay de distinto en esta ocasión?
En la época de la post verdad, donde los sentimientos son más importantes que los hechos y donde “la verdad” se ve fragmentada en una verdad individual, Aramburu, presenta un texto global, desde la perspectiva de cada uno de los personajes y eliminando la opción de una interpretación única de los acontecimientos.
Dos familias, una amistad de toda la vida cortada por el asesinato del padre de una de ellas. Dos madres: Bittori, la viuda del Txato, y Miren, la madre de Joxe Mari, decididas a no dejarse vencer por la situación y defender, desde su momento histórico y personal, a su parentela. Una lucha de emociones que no se pueden interpretar desde un solo ángulo. Esta historia llega al lector a través de un manejo aparentemente sencillo del idioma. Ideas al alcance de todos que no hacen más que mostrar el alto dominio de la técnica para escribir de Aramburu. No es una lectura de denuncia ni de reportaje, el autor sabe que esos son áreas donde él no participa, más sin embargo es una historia en la que no se oculta el dolor ni la frustración que toca vivir a los personajes ante actos inhumanos.
Fernando Aramburo nació el mismo año que ETA así que sabe de lo que está hablando. Sabe del dolor de las familias, de la sociedad civil que aun intentando ser ajena al movimiento es víctima de él. Al leer “Patria” no se puede evitar sentir empatía por lo que viven sus protagonistas. De manera natural el lector podrá sentir más aprecio por uno u otro de los personajes, pero en todos se puede reconocer que hay una lucha de emociones y una toma de decisiones que afectarán la vida de los otros. Después de todo eso hace la consanguinidad y la amistad: una especie de red tejida por sus integrantes que puede servir de impulso para unos y de trampa para otros. El Txato es un hombre trabajador, que se ha ganado una vida cómoda a pulso. Joxe Mari es un joven idealista, y es justo esto lo que le evita darse cuenta de lo que implica incorporarse a un movimiento como ETA. Cuando las decisiones de ambos se cruzan, uno negándose a ser extorsionado y el otro olvidándose del lazo que lo une a Txato desde la infancia, todo cambia. Ningún miembro de ambos grupos sale bien librado, sin embargo, las batallas más fuertes las pelean las madres. Amigas de toda la vida, se ven obligadas a separarse para ubicarse frente a frente para poder sobrevivir al dolor que el asesinato del Txato les hace vivir.
Hay opiniones divididas entre los vascos, muchos de ellos siguen queriendo justificar las acciones de ETA y otros tantos se niegan a que eso pase. Se sigue luchando para que se reconozca el sufrimiento y las consecuencias en tantas víctimas de los atentados. ETA podrá haber dado por finalizadas sus actividades, pero las inferencias de estas siguen latentes. Es verdad que el autor no señala a nadie, solo narra, entonces, en realidad… ¿por qué es diferente este libro?
“Patria” es diferente porque no defiende ningún bando, ni es una hipótesis de los acontecimientos, ni explica nada. Es la visión de un vasco que relata, con el amor que siente por su tierra, lo que sucede a algunas personas dentro de un hecho real y deja que el lector decida los alcances de la bondad, de la valentía, del nacionalismo o de la amistad que viven. Los personajes están perfectamente desarrollados y nos presentan una gama de colores muy interesantes. No hay blanco o negro en esta historia. Es tarea del lector decidir hasta dónde tienen razón los protagonistas en sus acciones.
En alguna entrevista, mientras promocionaba “Patria”, Aramburu dice hablar sobre la culpa (en términos generales) en este libro, en como lo vive cada uno de los participantes de la historia. Desde mi lectura e interpretación del texto, más allá de discernir sobre la culpa se habla del perdón, del largo camino que se recorre y se sufre para llegar a este momento, pero también de todo lo que sana. Aunque es un libro dinámico y atrapa desde el primer momento, al finalizarlo, tendrá el lector que hacer un alto para meditar un poco sobre el final. Será algo natural y eso, como cereza de pastel, será un toque final exquisito a una excelente y altamente recomendable lectura.
Jane Austen
¿Es la última versión de Persuasión una mala adaptación? ¿Por qué falló la versión de Netflix?
Persuasión fue el último libro publicado de Jane Austen, de hecho es una publicación póstuma, y ha sido contada en varias versiones cinematográficas. Netflix lanzó hace poco su propia interpretación de la obra y el resultado no fue el esperado para ellos.
Jane Austen es una de las escritoras más importantes en la historia de la literatura universal, se ha traducido a un sinfín de idiomas y ha sido leída por generaciones, era claro que las fallas se notarían. Aquí compartimos algunos datos por los que las reseñas negativas no pararon:
1. El contexto social no justifica las acciones de los personajes en general.
2. El personaje de Anne Elliot no está bien construido en la película.
3. La química entre los protagonistas es nula.
4. La inclusión de personajes racializados de una manera poco natural.
5. El narrador y el manejo de la llamada “cuarta pared”.
CONTEXTO
Leer obras como Persuasión exigen al lector estar atentos al contexto. Austen no es una escritora que dé todo digerido a sus lectores. Así es como uno debe descubrir, mediante la misma lectura y quizá un poco de investigación previa, que en la sociedad de entonces, los padres solo heredaba a los hijos varones primogénitos y si estos no existían las fortunas pasaban a manos del primer varón nacido dentro del grupo familiar. Por esa razón, las mujeres como Anne y sus hermanas debían buscar maridos ricos y, en este caso, la fortuna familiar pasaría a manos del primo William Walter Elliot.
Los padres se mantenían lo más al margen posible de las actividades familiares, aunque no se deslindaban por completo. La tarea de cuidar a la familia recaía por completo en la madre y en la servidumbre, sin embargo, en el caso de los Elliot la madre había muerto y el padre se había dedicado a derrochar la fortuna familiar así que las chicas habían contado solo con la ayuda de la mejor amiga de su mamá: Lady Russel.
Anne era la segunda hija de tres. La primera, Elizabeth, era la consentida del padre por ser igual de ególatra y vana que él, aunque a su favor se ha de decir que también fue la que se hizo cargo de la casa cuando su padre enviudó. De ella se esperaba un matrimonio con el primo Elliot sin embargo, en su momento dejó pasar la oportunidad. María, la hija menor, era en el rango jerárquico de la familia una persona sin importancia, sin embargo, logra lo que, al inicio de la novela, no han logrado sus hermanas. María está casada con un hombre de buena fortuna llamado Carlos Musgrove.
Nuestra protagonista es menospreciada en su núcleo familiar, pero cuando tiene la oportunidad de salir de él, es reconocida como la mujer inteligente, honesta, sensata y sincera que es. Los personajes de Austen nunca son perfectos, cuentan con defectos que los hacen ser personajes con los que fácilmente nos identificaríamos y en este caso no es la excepción. Es tarea del lector encontrar los que correspondan a Anne Elliot para que yo no cometa spoilers en este segmento.
ANNE ELLIOT
Cuando la conocemos, cuenta con 27 años y está a punto de quedarse soltera para siempre. No es que no contara con admiradores, sino que es una mujer que se hizo responsable de las consecuencias de sus decisiones. Anne ama a Lady Russel como si fuera su madre y sigue sus consejos con atención. Se deja persuadir por ella con la convicción de que no se equivoca y aquí entra un detalle. Lady Russel se equivoca como todo el mundo y lo mismo hace Anne como lo descubrirá con el tiempo.
Anne es una mujer vanguardista que está dispuesta a permanecer soltera antes de traicionar a sus creencias y sus sentimientos. Una de las cosas más admirables de los personajes femeninos de Jane Austen es que son visionarias y son capaces de romper con los estigmas sociales dignamente. Anne Elliot, si la colocamos en la sociedad actual, sería un digno modelo feminista. No pierde su femineidad por tener carácter y, sobre todo, por reconocer que pudo haber tomado mejores decisiones en base su aceptación de lo que realmente quiere de la vida.
Conocer a Anne Elliot, es muy agradable porque es una mujer que aprende de sus errores y sabe qué hacer cuando llega el momento de remediarlos, sin embargo, en la versión de Netflix, Anne es una chica sin gracia que vive el día a día sin un motivo que dirija su vida.
NO HAY QUÍMICA ENTRE LOS PERSONAJES
En la sociedad en que vivieron Anne y el capitán Frederick Wentworth, a las jóvenes parejas se les impedía estar a solas, en la misma habitación, si no eran esposos. Conocerse en primera instancia era ya toda una aventura y es por ello que solo lo saben el padre y la hermana mayor de Anne, además de Lady Russel. Un error que comete la versión cinematográfica de Netflix es que en ella todos los personajes conocen la relación que hubo entre Anne y Frederick cuando no hay motivo para ello.
En la historia original, la química de los personajes es fuerte, dado que deben comunicarse en público a través de miradas que solo ellos entiendan, de roces de mano apenas perceptibles para los demás y mensajes velados mandados a través de otras personas. Ellos tienen que descubrir qué hay en el corazón del otro y hacer sentir al lector lo que van viviendo como un cómplice más. En la película todo es tan obvio que no tiene gracia alguna esa "persecución" que existe entre Anne y el capitán.
INCLUSIÓN DE PERSONAJES RACIALIZADOS
En estos tiempos, donde la posverdad domina los discursos, la directora Carrie Cracknell se toma la libertad de poner a gente negra o mulata como ricos aristócratas ingleses del siglo XIX. No hablamos de racismo ni de la calidad interpretativa de los actores, hablamos de que la sociedad inglesa del siglo XIX no contaba con este segmento social. Existían negros libres que se dedicaban a trabajar para otros. Si Cracknell quería una sociedad inclusiva, lo cual es valido y correcto, debió hacer una adaptación contemporánea de la obra. Salirse del siglo XIX para poner a una comunidad de diferentes razas y credos de una manera digna y respetuosa.
Foto: tomada de internet. Se desconoce el nombre del autor.
LA CUARTA PARED
La cuarta pared es la pared invisible entre los actores y el público y por supuesto es un elemento que Jane Austen no utiliza en sus obras. La historia de Persuasión no está narrada desde la voz de Anne ni de un narrador omnisciente. Para el lector natural de Jane Austen, este detalle no fue considerado como favorable para la narración y es uno de los puntos más discutidos en las diferentes críticas a la obra.
CONCLUSIÓN
¿Por qué falló la versión de Netflix de Persuasión? Desde mi punto de vista, el principal error es que utiliza la ambientación original de la obra, pero quiere dar una interpretación actual de la historia y de los conceptos que hoy se manejan sobre la mujer, el matrimonio y la sociedad. Eso no es malo, en absoluto, sobre todo porque toda esa crítica ya existe en la obra original, lo malo es que la directora lo hace de lado para querer decirnos lo mismo desde un planteamiento equivocado.
Le faltó visión a Carrie Cracknell para “explotar” el feminismo y la crítica social natural de la obra. Le faltó la audacia de transportar la historia a tiempos actuales, lo cual hubiera sido un éxito. No es fácil adaptar un libro al cine y menos si es un libro ultra conocido y amado como lo son los libros de Jane Austen, pero tampoco se nota un especial empeño en hacer de la nueva versión un hito entre las versiones que ya existen y las que muy probablemente habrá.
¿Recomiendo ver Persuasión? Sí, si te olvidas de todo lo que acabas de leer y piensas que es una chick flick común. Si eres admirador de la pluma de Jane Austen quizá sea mejor pasar de largo.
Me gustaría saber tu opinión. Puedes compartirme tus ideas a través del correo electrónico o de la página en Facebook.
MRAU*05092022
Beth O'Leary
Esta es la tercera novela de Beth O’Leary y sin duda es una sorpresa. Antes de entrar en detalles, quiero contarte que descubrí a la autora casi por casualidad con su primera novela “Piso para dos” (hay una reseña de este libro en el blog) y me gustó mucho su estilo porque trata temas complejos, pero de una manera muy suave sin por ello menospreciar la gravedad de la situación. En su segunda novela, de la cual hago referencia en la reseña antes mencionada, habla con gran calidez de la relación de una joven y su abuela y de cómo ambas afrontan los problemas del momento que están viviendo. Si yo tuviera que comparar estas dos novelas con una técnica pictórica, diría que son dos acuarelas preciosas. Dado que el estilo de Beth O’Leary es muy agradable, llegué a su tercera novela casi por inercia.
“Rumbo a ti” nos presenta a Addie y Dylan, que por azares de la vida tienen que viajar juntos a la boda de una amiga en común. Eso no tiene nada de especial si no fuera porque rompieron su noviazgo un año antes y porque no viajan solos. Ella va con su hermana, Deb, y él con su mejor amigo, Marcus. La historia se desarrolla en lo que se conoce como un road trip (viaje por carretera) contando con el detalle curioso de que va un quinto pasajero, Rodney, que nadie sabe a ciencia cierta quién es ni por qué está ahí.
¿Qué hace diferente esta novela a las dos anteriores? Pues básicamente que la acuarela se convirtió en un cuadro de manchas algo toscas como las que se usaban en el impresionismo y no lo digo como algo negativo. El impresionismo tiene cuadros preciosos pero la técnico es, por decirlo de algún modo, ligeramente "más tosca". No se vuelve una historia agresiva, pero sí se nota que la autora sale de su zona de confort para la creación de los protagonistas. Uno de los detalles curiosos, para mí, es que el antagonista es más interesante que los personales principales.
A diferencia de las historias anteriores, esta protagonista, Addie, es más sensual y Dylan tiene características que, desde mi punto de vista, por lo general adornan a los personajes femeninos en este tipo de novelas. Marcus, en cambio, va mostrando diferentes matices que hacen que el interés se mantenga para conocer, por fin, la motivación de su actuar. La obra está narrada en lo que (hasta este libro) vendría a ser el sello distintivo de O’Leary: a dos voces. Vamos conociendo la historia de manera intercalada de la visión de Addie y de Dylan, pero en esta ocasión va más allá y no solo sabremos sus distintas interpretaciones de la historia, sino que conoceremos, a la par de la historia actual, el pasado de su historia de amor. Una narración muy bien escrita, por cierto, porque en ningún momento se crea confusión en los tiempos y se aprecia la evolución de cada personaje.
Novela ágil y divertida donde se muestra que no solo la meta es importante, también lo es el camino para llegar a ella. Recomendable si se quiere leer algo divertido y dinámico o como lectura posterior a una lectura fuerte o compleja.
*MRAU/10082020.
Haruki Murakami
¿Qué se puede escribir sobre un hombre como Murakami cuando ya se ha dicho todo… o casi todo? Llego a “Los años de peregrinación del chico sin color” nueve años después de su publicación (2013) y habiendo leído varios libros posteriores para encontrarme con la agradable sorpresa de un libro realmente conmovedor.
Murakami no es escritor de villanos imponentes o agresivos. Sus historias son aparentemente sencillas, pero conforme uno avanza en el relato, se van tornando complejas, con un hilo conductor que apenas se nota pero que resulta lo suficientemente fuerte para mantener ligados entre sí personajes que a vista rápida no tienen nada en común. En las narraciones de Murakami, el antagonista muchas veces es un factor psicológico o emocional lo cual, en mi opinión, hace las historias más veraces para el lector.
En el inicio de la historia de Tsukuru Tazaki, de 36 años e ingeniero civil constructor de estaciones de ferrocaril, se nos habla de sus años de adolescente y de sus amigos del instituto. Era un grupo unido y equilibrado, salvo por un detalle. Todos, menos Tazaki, contenían en su apellido un ideograma que hacía referencia a un color. Los chicos son Kei Akamatsu y Yoshio Oumi, y las chicas son Yuzuki Shirane y Eri Kurono. En los cuatro casos el primer ideograma de cada apellido se lee (según la nota del traductor) aka, ao, shiro y kuro que, respectivamente, significan rojo, azul, blanco y negro. Estos ideogramas servían también como apodo para relacionarse entre ellos. Lo que fue una broma para los demás fue un señalamiento para él. Todos tenían algo que aportar menos él, ante sus propios ojos él era el menos interesante del grupo y el más “descolorido”. Eso marcó al protagonista durante sus años juveniles y lo hacía sentirse inferior a sus compañeros. Cuando él se va a Tokio a estudiar en la universidad hace todo lo posible por que la unión se mantenga intacta. Lamentablemente las cosas no salen como él esperaba y un día, durante las vacaciones del segundo año en Tokio, sin motivo aparente, sus queridos amigos deciden pedirle que no los vuelva a llamar o a buscar. Este evento marcará los años por venir del protagonista.
Es, sin duda, una de las novelas más realistas, si no la más realista, de Murakami. En este libro el realismo mágico aparece apenas por momentos para mostrarnos la complejidad de emociones que vive el protagonista.
Tsukuru es un adulto exitoso, pero no ha evolucionado de la misma manera en todos los aspectos de su vida. Los personajes, además de él, pasan por procesos evolutivos fuertes, al nivel de cambiar parte de su aspecto físico lo cual nos habla de cambios radicales. Él y su pandilla comparten una herida y lo interesante es cómo cada uno de ellos hace para sanarla. Como dijera Aka, en algún momento: “¿No te parece una paradoja? A lo largo de nuestra vida vamos descubriendo poco a poco nuestro verdadero yo; y, a medida que lo descubrimos, perdemos parte de nosotros mismos”.
Tazaki tiene la dicha de conocer a Sara. Una mujer un par de años mayor que él, segura de sí misma que no teme enfrentarse a los momentos oscuros de la vida y que anima a Tsukuru a hacer lo mismo. Sara tiene su propia historia, de la que conoceremos muy poco en esta lectura, pero será el detonante para que Tsukuru luche contra sus fantasmas.
Mientras vamos leyendo la historia vemos dos hilos conductores a través de un narrador equisciente, así que iremos descubriendo situaciones importantes al mismo tiempo que el protagonista. El primero es el más sencillo y obvio: el protagonista conoce a una mujer con la que quiere una relación formal, sin embargo, ella no lo siente comprometido del todo y lo ánima a cerrar los círculos que ha dejado abiertos a lo largo de su existencia antes de que puedan avanzar en la relación. La segunda es la de un chico que se ve abandonado por sus más queridos amigos y que tiene una herida abierta aún bajo la fachada de un hombre de 36 años. Es una historia lineal que, aunque en gran medida nos habla del pasado, no nos lleva por grandes saltos de tiempo. Son los personajes los que nos van poniendo al tanto de todo con sus conversaciones y sus reflexiones.
Murakami conoce bien la naturaleza humana, le sigue interesando la depresión y el suicidio, la soledad y el amor. En esta obra toca, temas sexuales (un tabú en el Japón de entonces y quizá hoy) que harán asombrarse al lector. Impactado por el gran número de niños y adolescentes japoneses que se suicidan como respuesta a la presión social de ser exitosos, dedica una parte importante de sus tramas a este tema. Y como algo propio de Murakami, su solitario protagonista camina acompañado de una serie de melodías, que en este caso es la maravillosa música de Liszt, para encontrar el refugio emocional que tanto necesita.
Hay quien dice que Murakami se repite en este libro, sin embargo, habiéndolo leído casi una década después de su primera edición y después de otras obras suyas me atrevo a diferir. Haruki Murakami logra darle diferentes enfoques a temas que son importantes para él. Es como un calidoscopio donde con cada libro encontramos nuevas interpretaciones y experiencias a través de personajes que, aparentemente, pasan por la misma situación.
Invito a la lectura de este libro y más aún si es la primera vez que se lee al autor. Es una obra corta, en comparación a sus otros libros, realista con leves toques de realismo mágico y con momentos emotivos y cálidos. Es la puerta ideal al mundo de Haruki Murakami. Feliz lectura.
*MRAU09072022
¿Sabías que... ?
Si ya leíste Los años de peregrinación del chico sin color, de Haruki Murakami, seguro identificarás algunos de estos datos y quizá encuentres alguna cosa que desconoces. Si todavía no lees este libro te recomiendo hacerlo. Los datos que aquí comparto te ayudarán a entender mejor lo que Murakami nos cuenta en su narración. Por cierto...no son spoilers así que puedes leer con tranquilidad.
Beth O'Leary
Beth O’Leary es una joven escritora inglesa, este año (2022) cumplirá 30, que ha conocido el éxito gracias a sus tres novelas publicadas. Licenciada en Lengua Inglesa y editora de libros infantiles, sabe bien su oficio como escritora, lo que la hace una digna representante del llamado chick lit[1] y su primer libro, Piso para dos, ya ha sido traducido a 26 idiomas.
En Piso para dos conoceremos las historias de Leon y Tiffy (Tiffany): dos jóvenes trabajadores e independientes que tienen que enfrentarse con los pormenores de la vida diaria viviendo en el mismo departamento y compartiendo cama… sin conocerse. Una novela romántica, agradable, fácil de leer con detalles que sin duda harán reír al lector, pero que de una manera muy sutil toca temas importantes y actuales. Leon es un enfermero que de lunes a viernes trabaja por las noches en un hospital, y los fines de semana se va al departamento de su novia, pero necesita dinero para pagar el abogado de su hermano, que está en la cárcel, y no se le ocurre nada mejor que arrendar su pequeño departamento en los horarios en los que él no está ahí. Tiffy es subeditora en una editorial de libros de tipo DIY [2] y tras terminar con su novio de varios años, no tiene dónde vivir. Su salario es modesto, así que, cuando ve el anunció de Leon y conoce el departamento, decide que es una buena opción para ella. Hipotéticamente nunca se encontrarían, ya que toda la comunicación sería a través de Kay, la novia de Leon, pero en algún punto las cosas no salen como esperaban y… las notas adhesivas se vuelven el medio de comunicación perfecto. En el plan que solo Leon y Tiffy encuentran lógico y práctico participan, de manera secundaria, los amigos de ella y la familia de él.
Dentro de las cualidades de Beth O’Leary como escritora, se encuentra su capacidad de crear buenos personajes y su habilidad de involucrar temas muy importantes dentro de la trama. En una historia que aparentemente es sencilla, podremos notar problemas universales como lo difícil que es para todos, pero especialmente para la gente joven, encontrar una buena vivienda a un precio accesible, lo complejas que son las relaciones tóxicas y el salir de ellas, lo importante que es tener un buen respaldo de amigos o familiares que hagan que uno no se sienta solo frente a la adversidad. A todos estos problemas, O’Leary crea personajes reales, con diversidad de opiniones y formas de entender un mismo evento. Son personas como nuestros amigos, como nosotros mismos.
Aunque para algunos críticos no hay valor literario dentro del chick lit, la autora de Piso para dos demuestra lo contrario con otras tres novelas. Mismas que se encuentran traducidas al español y, aunque hoy no son novedades literarias, se encuentran fácilmente en las librerías y en las listas de los libros más vendidos. Su cuarta obra, y última hasta ahora, verá la luz el 12 de abril en Estados Unidos y en el Reino Unido; los que deseamos leerla en español todavía tendremos que esperar un poco más.
A Beth O’Leary, en sus narraciones, le gusta tocar temas serios como el de la mujer de más de 60 años con anhelos de vivir y de conocer a un hombre con el cual pasar sus días, lo mucho o poco que cambian algunas personas cuando dejamos de verlas para darnos cuenta de que nunca se reinicia una historia en común justo en el punto en el que la cortamos. En fin, Beth O’Leary nos acompaña a la vida real con un toque encantador, lleno de risas, que nos hace esperar su siguiente trabajo con gusto.
Otro punto fuerte de la autora es su narración contemporánea donde la presencia de la así llamada “cultura pop” también está presente. Resulta agradable entender los chistes o referencias en las conversaciones de los protagonistas y sus amigos porque hablan de las manifestaciones culturales contemporáneas consumidas por la mayoría de la gente en la actualidad. En pocas palabras, el estilo de O’Leary es agradable, bien estructurado y con elegancia toca fibras sensibles de problemas que pueden ser ásperos y complejos, sin que por ello les reste importancia o los demerite.
¿Cómo terminará la historia de Tiffy y Leon? Quizá muchos lo imaginan ya, pero el camino para llegar ahí vale la pena aún bajo una suposición clara de hacia dónde va el final. Piso para dos es un buen inicio para la autora, pero también para el lector que quiere conocer su obra literaria. En lo personal lo recomiendo ampliamente si el lector gusta del chick lit o como una opción fresca y relajante tras una lectura complicada. Sea cual sea el motivo que anime a alguien a leer Piso para dos, seguro que Tiffy y Leon se quedarán en la memoria del lector mucho tiempo después de haber terminado de leer su historia.
[1] Narrativa del género romántico enfocado -principalmente- para chicas y que en el argot angloamericano chick equivale a chica y lit hace referencia a literatura.
[2] DIY = do it yourself
MRAU/03042022
Margaret Atwood
Margaret Atwood creó todo un universo para esta distopía. En ella, el gobierno de Estados Unidos sufre un golpe de estado por un grupo desconocido (aunque se atribuyen dichos ataques al terrorismo islámico) teocrático dando origen a la República de Gilead. En el momento en que esto sucede, las mujeres pasan, por ley, a ser dependientes de sus esposos. Pierden sus derechos como, por citar un par, a decidir por sí mismas y gastar su dinero o tener acceso a él. Los trabajos de la prensa libre se ven controlados y se forma una nueva jerarquía social. Las mujeres pertenecientes a las clases privilegiadas son las Esposas, las sirvientas son las así llamadas Marthas, las Economujeres que son las esposas de los hombres de la clase social más baja, las Tías que educan a las “hijas” o “niñas” (dependiendo de la traducción que se lea) para convertirlas en Criadas. El país ha sufrido por un decremento de la natalidad y los bebés se han convertido en bienes altamente cotizados. Las Criadas son aquellas mujeres encargadas de dar a luz para los matrimonios de alto nivel social que no han podido tener hijos. Una vez que han completado su formación para ello, las colocan en las casas donde las Esposas no han sido capaces de procrear un descendiente. Los esposos, mejor conocidos con el título de Comandante, son los que dan nombre a las Criadas. La protagonista de la historia es Defred, de-Fred, y cuando le toque abandonar esa casa, con éxito o con vergüenza por haber fallado en su tarea, quizá llegue otra a ocupar su sitio que se llamará igualmente Defred. Sus nombres reales, los que les dieron sus padres al nacer, han sido borrados como sus propias historias.
Defred, cuyo nombre original se desconoce, intentó huir del país antes de que el nuevo sistema se consolidara, rumbo a Canadá, junto a su marido Luke y su pequeña hija. Al no lograrlo, son separados y ella, para salvar su vida, acaba siendo parte de las Criadas. El orden en Gilead es claro: las Tías visten de café, las Marthas de verde, las Criadas de rojo y es así como todos saben qué lugar ocupan y nadie puede modificar lo que se espera de ellas. Pero no solo las mujeres tienen un sitio definido, también los hombres están clasificados por su vestimenta y sus funciones. Además del Comandante, en cada casa existe un Guardián quien es el que cuida de la familia a la vez que asiste en deberes como jardinería o siendo el chofer. En la casa donde habita Defred, están además de ella y el Comandante: Nick, el Guardian, Rita y Cora, las Marthas, y la Esposa, Serena Joy. A raíz de todo esto, se desarrolla el cuento que da título al libro.
Margaret Atwood creó un mundo con palabras nuevas, con órdenes nuevos, pero de las decisiones más impactantes que tomó fue no agregar nada que no hubiera sucedido ya en otro momento histórico. Al comenzar a leer la novela, el lector se integra a la acción, es decir, no es testigo desde el inicio de los acontecimientos. De lo narrado en primera persona, nos enteramos de las cosas como la protagonista quiere contarlas y nos lleva del presente a diferentes momentos del pasado de una manera magistral. Los saltos de tiempo están excelentemente bien trabajados, en ningún momento generan confusión para seguir la línea de la historia. La combinación de esto con el hecho de describir un mundo muy similar al que vivimos, donde lo que sucede nos puede pasar a nosotros, van generando tensión a lo largo de la lectura porque, en efecto, las cosas pueden cambiar a la velocidad de un rayo.
El cuento de la criada es la historia de Defred por sobrevivir en este mundo ajeno y contradictorio a lo que ella vivía. Ella sabe que “la perspectiva es necesaria” para evitar lo que les decía Tía Lydia: “Lo normal es aquello a lo que te acostumbras. Tal vez ahora no parezca normal, pero al cabo de un tiempo se acostumbrarán. Y se convertirá en algo normal”. Ella hace todo por no acostumbrarse a la normalidad que vive, pero el tiempo es un enemigo involuntario y los recuerdos empiezan a fallar. Sobrevivir implica dejar de luchar, pero recuperar a su hija la hace no ceder. Margaret Atwood crea un personaje altamente humano con el que uno acaba teniendo empatía y a la vez deja grandes cuestionamientos al lector. La historia narra un periodo de tiempo que nos motiva, como lectores, a hacernos preguntas. Probablemente no tendremos respuestas ni fáciles ni rápidas, pero entraremos en el ejercicio de ver el mundo diferente, de reconsiderar algunas ideas, espero que en el beneficio del bien común.
La Sra. Atwood ha participado en grandes y variados proyectos literarios como en el año 2005 cuando formó parte de la serie de mitos de Canongate Books en el que un grupo de escritores contemporáneos reescribe mitos de la antigüedad. Ella escribe Penélope y las doce criadas donde la narración es desde la perspectiva de Penélope mientras espera la llegada de su amado Ulises o en el momento en que varios autores famosos reinterpretaron obras de Shakespeare, ella publica La semilla de la bruja donde da un giro a La tempestad de William Shakespeare. El campo de acción de Atwood es amplio y altamente recomendable, sobre todo porque no apunta a favor de unos mientras señala en mal a otros. Ella narra de una manera armoniosa y ágil para que el lector saque sus propias conclusiones.
La escritora canadiense Margaret Atwood, en julio de 2020. / GETTY
En El Cuento de la criada, Defred es la única que tiene claro que “cumplir una utopía encerrándose en un círculo formado exclusivamente por mujeres, es estar equivocada. Los hombres no van a desaparecer, así como así. No puedes pasarlos por alto”. A Margaret Atwood se le ha adjudicado la etiqueta de feminista, aunque en muchas entrevistas, cuando se le ha preguntado si lo es, ella ha respondido con otra pregunta: “¿Si eres mujer y escritora, esta combinación de género y vocación automáticamente te hace feminista y, exactamente, eso qué significa?”[1] En otras entrevistas ha dicho “escribo sobre mujeres porque es lo que mejor conozco”, pero la verdad es que la vida de Margaret Eleanor Atwood, pese a insistir en la distancia que existe entre ella y sus creaciones, se nota en su obra. Hija de un entomólogo que llevaba consigo a toda la familia en sus exploraciones científicas, sus primeros años los pasó en el campo, teniendo como enseñanza más regular sus lecturas; tenía seis años cuando comenzó a vivir en ciudades.
Su primera infancia sucedió durante la Segunda Guerra Mundial y en su edad adulta ha vivido en diferentes países como Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Escocia, Alemania, Australia y, claro está, en su natal Canadá. En 1984, cuando comenzó a escribir El cuento de la criada, vivía en Alemania, en el Berlín Occidental, y consideraba que lo que plasmaba en sus páginas estaba muy lejos en el tiempo. Sabía también, como lo supo todo el mundo con la construcción del Muro de Berlín, que frases como “esto aquí no puede pasar” dejaron de tener sentido porque todo cambia de un momento a otro, a la velocidad de un rayo[2]. Para mí etiquetar a la autora como feminista es limitarla cuando ella pone todo un planteamiento político y social, considerando muchas de sus vivencias, dentro de sus escritos. Sus personajes actúan a reaccionan a un sistema excelentemente planteado que da para analizar no solo el papel de las mujeres en la trama. El lector debe considerar, y así lo recomiendo yo, el panorama completo antes de decidir si, en efecto, Margaret Atwood es bien llamada feminista o no (sin que, por ello, lo aclaro desde ahora, sea machista o antifeminista).
[1] The Cambridge Introduction to Margaret Atwood, Heidi Slettadahl Macpherson.
[2] Introducción Edición Salamandra, ebook, 2017.
Irene Vallejo
Si alguien quiere saber cómo se siente el amor puro y desinteresado debería comenzar por leer el ensayo de Irene Vallejo, que por cierto trae al mundo literario de cabeza. Desde la primera página uno se puede dar cuenta de que la autora ama los libros, la literatura y el arte de escribir. Los ensayos no son precisamente las obras más leídas por el público en general, ya que en su mayoría son temas áridos, muy especializados que van ahuyentando al lector promedio después de las primeras páginas. Irene Vallejo, con su trabajo, logra lo contrario. Uno queda enganchado con la lectura desde el principio para descubrir que la autora no solo tiene un gran amor por el tema, sino que su cultura general es excelente y sabe cómo compartirla. Es una autora generosa que no se guarda nada para sí. Igual liga su gran conocimiento de las culturas griega y romana con películas actuales o poesía que con momentos muy personales de su infancia. Este libro es una mina de conocimientos dispuesta a ser descubierta por cada lector.
Vallejo, española nacida en Zaragoza, España, en 1979, es doctora en Filología Clásica por dos universidades, Zaragoza y Florencia, es la quinta mujer en ganar el Premio Nacional de Literatura (en España) en su modalidad de ensayo (2020). Quien la haya visto en fotografía (o en persona) verá la imagen de una mujer dulce que esconde, en realidad, una fortaleza de ánimo que plasma en cada página de su obra. Escribe para dos periódicos, Heraldo de Aragón y El País, y en cada artículo tiene la habilidad de tocar temas difíciles con gran suavidad, pero con contundencia.
<------ Foto tomada del portal de Ediciones Siruela.
https://www.siruela.com/
Tiene un buen dominio de las palabras y de la naturaleza humana, así los temas más ásperos, como la salud mental o las pantallas de humo utilizadas por los poderosos, son tratados con claridad, pero envueltos en historias y datos curiosos que ampliarán el mundo y la cultura general del lector. Vale la pena sumar su nombre a la lista de los autores necesarios para entender mejor el mundo en que vivimos.
Leer El infinito en un junco es recorrer la historia de los libros, desde la formación del lenguaje escrito hasta nuestros días, la formación de las primeras bibliotecas, los primeros escribanos y libreros, del papiro, obtenido de los juncos, a los libros electrónicos. Es conocer los obstáculos que han recorrido para llegar hoy a nuestras manos, reconocer cómo un sector de la humanidad ha hecho, por siglos, hasta lo imposible para que grandes (y no tan grandes) obras literarias se mantengan con vida. Es la biografía de muchas páginas llenas de sueños, conocimiento, ideas y opiniones de otros seres humanos y que nos ayudan a conocer el mundo y a nosotros mismos. Como diría la autora en el libro: “Porque solo entenderemos nuestra identidad si la contrastamos con otras identidades. Es el otro quien me cuenta mi historia, el que me dice quién soy yo”. Un libro es, efectivamente, el infinito en un junco.
Invito a leer a Irene Vallejo quien, haciendo honor a las mujeres en su ensayo, es una tejedora de historias, de hechos reales, de anécdotas que ayudan a que el corazón y la mente de sus lectores se hinchen de satisfacción y entusiasmo conforme avanza la lectura. Sin lugar a duda, El infinito en un junco es un libro que difícilmente quedará en el olvido.
FERNANDO SAVATER
Foto obtenida de https://www.expansion.com
“Solo integral” es un título interesante y, muy al estilo y nivel de Savater, representativo para esta novedad literaria. El libro, lanzado al mercado el primero de diciembre del presente año todavía emite (en una romántica metáfora) el olor a tinta fresca mientras se lee. En un agradable detalle hacia el lector se nos explica desde el inicio el porqué del nombre: es un término donde el escalador renuncia a todo equipo de protección para su ascenso y se basa únicamente en su fuerza y en su capacidad de trepar, una práctica para rutas conocidas por el escalador con la característica que la dificultad de la actividad está dentro de sus capacidades. Justo eso es “Solo integral”, un libro donde Fernando Savater recopila algunos de sus artículos escritos tras la muerte de su esposa y publicados en el periódico español ‘El País’ para revisarlos a casi seis años de su publicación. Efectivamente, va por un camino andado, que vuelve a transitar y revisar basado en su propia experiencia, después de un tiempo, conociendo los cambios que ha habido tras declarar aquellas opiniones.
Reseñar un libro es hablar indirectamente de su autor, pero en este caso eso es casi imposible porque la lectura del objeto que nos ocupa hoy es entrar directamente al pensamiento y sentir de Fernando Savater, la persona, no la metáfora ni el personaje que le toma prestadas ideas o características de su creador. “Solo integral” es Fernando Savater y su increíble forma de ver el mundo y de lo que hay en él. No genera falsas esperanzas con sus artículos: tesoros de trescientas palabras (cada uno) donde nos demuestra que un buen manejo del idioma no necesita mucho espacio para dejar en claro lo que se quiere expresar.
Savater, a lo largo de sus artículos, nos comparte su opinión sobre la lengua materna, las corridas de toros o las carreras de caballos, sobre los derechos de las víctimas de terrorismo y de cómo el gobierno intenta validar sus ideas políticas sin considerar realmente a quien gobierna, entre otras cosas. Todas las referencias que hace, salvo dos, una muy rápida que dedica a México y otra a Angela Merkel, son sobre España. Sin embargo, gracias a su calidad de pensamiento, el lector podrá entenderlo y hasta empatizar con sus ideas sin importar en que país haya nacido.
Es un guía nato para caminar por el mundo y escalar montañas con mayor grado de dificultad. Contrario a lo que uno puede esperar de un filósofo, o al menos lo que el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, señala en una de sus acepciones para definir dicha palabra (persona virtuosa y austera que vive retirada y huye de las distracciones y de los lugares muy concurridos), Savater vive el mundo e igualmente hace referencias sobre Gary Cooper como del nihilismo. En otro de sus libros “Lugares con genio”, también nos conduce, como un guía de turistas, a esos sitios en que nacieron y vivieron algunos de los que hoy conocemos como autores clásicos y, que son en gran medida, parte de los antecedentes que permitieron que dichos escritores experimentaran el mundo como lo hicieron. Savater nos presenta como lo que nos rodea es parte fundamental de quienes somos y de cómo pensamos. Lo mejor es que no solo saca conclusiones del pasado sino dirige su mirada al futuro como con su libro “Ética para Amador” (1991) que escribió ante las inquietudes de su propio hijo y lo llevaría no solo a millones de libreros (bibliotecas) sino a muchas escuelas donde los alumnos, veintiún años después, todavía cuestionan temas como el internet, la identidad, el miedo o la política. Lo que nació como una guía para su prole se convirtió en el cayado de muchos jóvenes. A tal punto que en el año 2012 publica “Ética de urgencia” donde comenta las interrogantes de los jóvenes en ese momento. Con este nuevo libro hace algo similar solo que el motivo de reflexión son aquellos artículos que inicio escribiendo en 2015. Afortunadamente Fernando Savater es un filósofo que anda en todas partes, al parecer le gustan los lugares concurridos y no se encasilla en ninguna definición.
Con “Solo integral” nos reencontramos con un autor inmerso en el tiempo presente, que va evolucionando a la par de la historia y del que deberíamos tomar ejemplo. Actualmente tiene 74 años e independientemente de su estado de salud (el cual realmente desconozco en este momento) realmente es una persona joven, actual y actualizado, interesada en el hoy y gente como él no envejece.
Leer al Fernando Savater filósofo siempre es una sabia decisión, es una ventana a nuevas interpretaciones de los problemas cotidianos, es una invitación a pensar. Leer su narrativa es abrir la puerta a historias que involucran a grandes y variados personajes de la literatura universal y la descripción de lugares, reales, a los que muchas veces no nos es fácil acudir físicamente entrelazados con relatos que brotan de la creatividad del autor. Leer a Savater es conocer el mundo en su parte tangible e intangible.
Prolífero en su obra literaria (ensayos -políticos, filosóficos y literarios- narrativa y teatro) ha ganado alrededor de veintiocho premios y muy probablemente todavía tendremos muchos libros de su autoría. Invito, especialmente a quien no conoce su obra, a leer a Fernando Savater para entender mejor los tiempos actuales porque como diría en “Solo integral”: “Nos metemos en el mar de la vida, cada vez más profundo, más oscuro y más traicionero… aunque también más emocionante”.
Javier Marías
Ante la pregunta común de ¿Qué autor me recomiendas? Sin lugar a duda la respuesta es: Javier Marías. Un buen comienzo es “Todas las almas”, un fragmento de su biografía, quizá ligeramente novelada, escrita con una técnica literaria precisa y un manejo del idioma sencillamente maravilloso.
En esta obra, el autor, nos cuenta sobre su paso por la Universidad de Oxford donde dio clases de literatura hispana y traducción. Dos años narrados en un estilo dinámico de principio a fin, dividido en capítulos sin nombre ni número, aunque en algunos de ellos, según nos acercamos al final de la lectura, introduce datos del tiempo en que ya se encuentra de regreso en España.
El estilo de Javier Marías es agradabilísimo. Nos lleva de la mano, con su narración, a hacernos sentir ese amigo entrañable con el que uno se sienta a tomar un café o una copa de vino para platicarle aquellos sucesos de nuestra vida que llevan tintes de ironía, sorpresa, amor y estupor para rematar en una sonora carcajada previa al suspiro de resignación. Su escritura es coherente, nunca baja el ritmo e incluso se atreve a retar al lector iniciando un capítulo de manera clara antes de introducir un tema aparentemente ajeno y regresar a lo del principio cerrando su idea de manera concisa y mostrando que en todo su planteamiento lo que menos hay es paja. Aunque en un momento de distracción lectora, uno pudiera creer que no será así, este tejido de ideas lo hace con una maestría tal que uno no puede más que detenerse un momento a saborear lo que acaba de leer.
En “Todas las almas” el argumento es muy sencillo mas no por ello carente de tensión. La lectura invita a seguir avanzando e incluso motiva a adelantar conclusiones sobre ciertos eventos. No vamos a encontrar a un antagonista de carne y hueso, la contraparte del protagonista será él mismo a través de las emociones que vive.
Narrado en primera persona y, sabiendo que es parte de su vida, es el mismo autor quien nos cuenta la historia, sin embargo, al igual que en su obra “Mañana en la batalla piensa en mí”, no da la información completa desde el principio. A diferencia de otros autores que, desde el primer capítulo, si no es que, en la primera página, nos indican cómo luce el protagonista, cómo se llama y a qué se dedica, Javier Marías presenta a sus protagonistas a través de varios capítulos. Poco a poco nos iremos enterando que el personaje principal sin nombre llegó a Oxford a trabajar por dos años, que solo considera amigo a Cromer-Blake quien fuera su principal contacto con su área laboral y que tiene una amante, Clare.
En “Todas las almas”, igualmente que Víctor de “Mañana en la batalla piensa en mí”, el protagonista es voyerista. Ambos tienen una amante (o intento de en el segundo libro) de la que no pueden guardar distancia. Les intriga su vida familiar, sus hijos, la relación de pareja. Son observadores y admiradores de la vida de la mujer por la que se sienten atraídos. Ese mundo, que se observa de cerca pero que del que no se forma parte hará al protagonista de nuestra historia, cuestionarse y replantearse su propia experiencia.
Javier Marías no es un escritor exageradamente detallista al momento de sus descripciones, pero su notable y elegante manejo del idioma nos permite formarnos ideas claras y relevantes de los lugares y personajes que nos presenta. Sin duda cualquiera que lea este libro y si por azares de la vida termina en Oxford se verá a sí mismo, por ejemplo, buscando librerías de segundo uso o alguna florista con aires de gitana cuyo marido no hace nada para ayudarla, como si ya lo hubiera hecho antes.
Javier Marías es un autor contemporáneo, a veces catalogado como surrealista y yo agregaría hasta un poco modernista (extemporáneo, por supuesto). Generalmente el narrador habla directamente con el lector, pero en algunos capítulos o segmentos utiliza un estilo indirecto libre como cuando hace su reflexión sobre el sol en Oxford o visita una discoteque para no sentir el abandono temporal de su amante. Podemos leer su pensamiento, ese monologo interior que nos lleva a ser empáticos y sentirnos ahí entre un mundo de gente y mucho humo sin poder oír al de junto por el alto volumen de la música. Me atrevo a decir, un poco en broma y un poco en serio, que si la Sra. Dalloway lo hubiera conocido en ese instante, lo hubiera invitado a abandonar tan incómodo espacio para asistir a su, más elegante, reunión de amigos.
En “Todas las almas” el protagonista conocerá, además de los dos ya mencionados, a gente como a Alec Dewar, en las clases de traducción, al viejo Will, conserje del edificio, quien vive y revive su existencia, a su jefe Kavanagh, al médico Dayanand, a los libreros Alabaster, y Toby Rylands. Ellos a través de sus conversaciones cotidianas, de las preocupaciones que trae su propia existencia, le mostrarán al autor cómo es la vida baja la mirada inglesa. Se atreverán a contarle algunas cosas que solo se pueden compartir con alguien que sabemos que va de paso. Como reflexionara el mismo autor “ningún secreto puede ni debe ser guardado siempre para todo el mundo, sino que está obligado a encontrar al menos un destinatario una vez en la vida, una vez en la vida de ese secreto.”
Javier Marías es autor de once libros más varios relatos, ensayos y artículos. Se le puede leer en El País sobre diversos temas incluido el futbol. Es un escritor prolífico que fue elegido miembro de la Real Academia Española en el 2006 y por lo tanto mucho se puede decir de su obra en general. Ahora, concretizando en el tema que nos atañe, “Todas las almas” es un libro perfectamente bien escrito, una historia limpia, con personajes justamente tratados en sus virtudes y defectos. Entre todas las obras del autor, si no se le conoce, reitero, es una buena opción, por su tamaño y fluidez, para introducirse en la brillantez y calidez de su pluma.
FOTO: Obtenida de la página http://www.davidtrueba.com/soldados-de-salamina/
Javier Cercas
Para mí no hay nada más bonito que lo complejo de la sencillez. Las novelas históricas, generalmente escritas en un gran número de páginas, nos involucran en grandes contiendas, personajes complejos y una visión del mundo y del poder que para una persona común y corriente no siempre es fácil de entender. No quiero decir con esto que no valgan la pena, ¡por supuesto que sí! Nada mejor que una buena narración sobre un evento culminante en la historia de la humanidad para sentirnos motivados para luchar nuestras propias batallas, pero también es interesante cuando nos encontramos un libro menos voluminoso que nos habla de héroes que son personas como nuestro vecino, nuestro amigo o nosotros mismos.
La obra de Javier Cercas, “Los soldados de Salamina”, a primera lectura parece ser un escrito ligero, directo, sin pretensiones. La trama es simple. Javier Cercas ha publicado dos libros que él cree nadie ha leído. Ante un futuro poco prometedor como escritor decide recuperar el trabajo en el periódico que abandonó para seguir sus sueños literarios. Siendo la burla de todos en el lugar, regresa a trabajar para encontrarse haciendo entrevistas hasta cierto punto irrelevantes y que, sin embargo, casi por azar, lo llevan a dar con una noticia antigua en la historia de España. El fusilamiento de Rafael Sánchez Mazas y cómo logró sobrevivir al mismo. Es una noticia que el protagonista lleva notando en diferentes medios en los dos últimos años y que su hijo, Rafael Sánchez Ferlosio, pone en la mesa cuando Cercas lo entrevista para el periódico. La historia es relativamente corta: Sánchez Maza, miembro fundador del Partido Falange Española está con Jesús Pascual Aguilar, entre otros, a punto de ser fusilado, pero algo sale mal y ellos dos logran escabullirse para esconderse en el bosque. En la obviedad de que nadie puede huir a un acto como éste, los soldados republicanos se dedican a buscarlos para terminar la tarea. Pascual Aguilar es otra historia, pero ahí, metido en un hoyo, esperando pasar desapercibido, Sánchez Mazas es descubierto por un soldado cualquiera. Un militar que se atreve a mirarlo a los ojos para decir segundos después “¡Aquí no hay nadie!”, dar media vuelta y marcharse. De este momento surgen una serie de eventos que llevarán al fascista no solo a sobrevivir, sino a ocupar una posición política importante.
“Los soldados de Salamina” es un baúl de tesoros. El protagonista de la obra, que “casualmente” se llama como el autor, comparte con él no solo el nombre, sino datos importantes de su biografía, aunque habrá que estar atentos, no es la misma persona, aunque lo parece. Esto es el resultado de la gran capacidad de Cercas para mezclar la realidad con la ficción al punto que es difícil saber la diferencia. El lector que gusta de escribir encontrará aquí que Cercas comparte en gran medida su proceso creativo. La obra está plasmada de una manera “real” y utiliza diferentes estilos literarios para lograrlo. La primera parte está escrita como si fuera un diario personal, la segunda es la biografía de Sánchez Mazas y la tercera es una narración casi literaria, humana y altamente emotiva.
El relato narrado por el hijo de Sánchez Mazas llevará a Cercas a investigar cómo es que el padre de éste logró escapar de ser fusilado, escuchará hablar, por primera vez, de “los amigos del bosque” y de una serie de personas que fueron pieza clave para que Sánchez Mazas llegara a posicionarse en el gobierno como lo hizo. Toda esta información logra que renazca en Cercas el interés por volver a escribir. Concentra en esa acción todos sus esfuerzos, aunque, al revisar el producto final, reconoce que logró concluir una obra con técnica, pero sin corazón, lo cual lo desilusiona fuertemente. Pero el personaje central, quien nos narra la historia, no está solo. El destino lo presenta con el escritor Roberto Bolaño quien, sin proponérselo, le da las pistas sobre la pieza clave que necesita su obra. Gracias a él conoce el nombre de aquel soldado, Antoni Miralles, que en un acto de humanidad perdona la vida a un hombre.
Bolaño, en una de las conversaciones que tiene con Cercas, en el libro, le dice: “Para escribir novelas no hace falta imaginación. Solo memoria. Las novelas se escriben combinando recuerdos”. Eso es lo que ha hecho hasta ese momento el autor, entrevistar, unir memorias ajenas, pero conocer a Miralles le cambia el mundo. En él descubre un hombre bondadoso, un héroe, que convive en silencio con gente que desconoce su verdadera historia, él mismo no quiere reconocer públicamente su importancia dentro de una crónica mayor como es la propia de España, pero, paradójicamente, lo único que busca es no morir en el olvido y, sobre todo, que no mueran con él personas relevantes, héroes desconocidos que merecen un mejor final que el de ser relegados en la historia.
Javier Cercas, según se puede leer entre líneas en algunas entrevistas, es también un hombre sencillo. Sorprendido de su propio éxito y quizá eso es lo que lo hace aún más valioso. Leerlo no será un camino complicado como cuando el lector se dirige al mismo Roberto Bolaño y su obra “2666”, sin embargo “Los soldados de Salamina” debe ser una obra que no falte en nuestra biblioteca, no solo porque vale la pena leer las vicisitudes por las que pasa el autor para armar su novela sino porque Miralles merece vivir muchos años más.
Virginia Woolf.
“La señora Dalloway” nace de la imaginación y de la creatividad de una de las mejores representantes del modernismo anglosajón. Virginia Woolf, junto con su hermana, hacen de su hogar en Londres la sede para el grupo Bloomsbury. Un colectivo de intelectuales británicos que se reunía para discutir los temas (literarios principalmente) del momento. Sin duda un grupo dinámico, muy brillante intelectualmente hablando, que va más allá de crear personajes bien estructurados. Este grupo pone en manifiesto el monólogo interior de cada personaje haciendo que el lector lo conozca en toda su complejidad psicológica generando una reacción hacia ellos, a veces positivas y otras negativas, pero no de indiferencia. Esto nos resulta interesante porque nos llevara a entender mejor la obra que trataremos en este documento y que es claro producto de este movimiento.
Antes de entrar de lleno a “La señora Dalloway” me gustaría adelantarme unos años en el trabajo literario de la autora. Virginia Woolf no es una mujer de la que se pueda hablar a la ligera y aún más tras leer “Una habitación propia”. Este ensayo, resultado de la petición de hacer un escrito sobre la novela y las mujeres, nos muestra la lógica de pensamiento de Woolf. En lugar de tomar el camino fácil y escribir sobre una serie de reconocidas autoras su mente va más allá y se adentra en una investigación sobre el papel de la mujer a través de la historia. De este trabajo se pueden sacar muchas conclusiones, pero para nuestro interés actual mencionaremos solo dos: una mujer debe tener dinero y una habitación propia para poder escribir novelas (o hacer lo que quiera) y las mujeres son duras para con las mujeres. Estas conclusiones las obtiene de una investigación, sin embargo, me gusta pensar que la semilla de estas ideas se encuentra en sus propias novelas, escritas varios años antes.
La historia que nos compete se desarrolla en un día de mediados de junio posterior a la Primera Guerra Mundial y narra lo que sucede en la vida de Clarissa Dalloway. Por supuesto no es un día cualquiera, es el día en que ella prepara una de sus famosas fiestas y la vamos a seguir desde la mañana hasta que se va el último de los invitados. Woolf presenta, de una manera extraordinaria, el desarrollo del día festivo. Con un mínimo de diálogos, pero todas las emociones y pensamientos que viven en los personajes. Las descripciones de lugares y de la gente las obtendremos desde el punto de vista de cada uno de ellos a través de sus monólogos internos. Diferentes ángulos una misma escena, tejidos entre sí creando un monologo interno aun mayor, como si todos fueran uno, pero para que todo funcione hace uso del narrador omnisciente. Este conoce a cada miembro de la sociedad en la que se desenvuelve Clarissa, su familia, su vida y sus pensamientos.
En esta historia el narrador nos llevará de la mano entre los diferentes hombres y mujeres, entre sus monólogos interiores y así conoceremos la inquietud de la protagonista ante la presencia de Peter quien fuera su novio antes de que lo dejara por Richard Dalloway, a Septimus quien parece la contraparte de Clarissa. Mientras una vive para sus fiestas, “sus ofrendas”, según explicara al propio Peter, el otro solo piensa en la muerte, en suicidarse mientras su esposa, Rezia, solo puede ver como se consume poco a poco. Alrededor de estos personajes se tejen pequeñas historias con un gran peso psicológico: la hija, Elizabeth Dalloway, que se niega a ser como su madre, Ellie, la prima pobre a la que se invita a la fiesta casi por obligación, el Dr. Holmes que ejerce su profesión de manera superficial haciendo sufrir a Septimus, la Srita. Kilman, una mujer indigna de amor a sus propios ojos, que odia a Clarissa pero que admira a la hija de esta y, por último, la siempre amada Sally Seton.
Clarissa es el eje central de la historia y conoceremos la relación que tiene con cada uno de los invitados y lo que algunos de ellos opinan de ella. Como toda buena historia tiene un antagonista, pero no uno ordinario. Los adversarios no atacarán físicamente a la protagonista, serán sus emociones e ideologías las que la pondrán en evidencia ante el lector. Como ya lo comentamos en el párrafo anterior su contraparte más clara es Septimus pero, de una manera hasta secundaria, también la tiene con la Srita. Kilman. Mientras Clarissa cuenta con “su propia habitación y dinero” y tiene el mundo a sus pies e incluso puede ofrecer “sus ofrendas” a sus amigos, la señorita Kilman vive en la frustración y limitación de tener que ganarse el sustento antes de cualquier otra cosa. Su frustración es tan grande que deteste a su antítesis, la Sra. Dalloway. Nadie es más severo e intolerante con la Sra. Dalloway que la extraordinaria maestra que educa a su hija. Tan solo un par de gotas del mar en que nadaría Virginia Woolf buscando el papel de la mujer en la historia. Esta obra, con su gran conocimiento de la naturaleza humana, es un sutil adelanto de lo que Virginia Woolf nos mostraría de su talento.
Un punto adicional, que pone al lector en movimiento, es el hecho de que la narración dura un día, quizá menos si contamos exactamente desde el momento en que se nos informa que “la señora Dalloway dijo que ella misma compraría las flores” y sin embargo el dominio de cada periodo de conversaciones, de interacción entre los personajes es magistral. Nada es contado con prisa ni con tiempos muertos, la duración de cada evento narrado es exactamente el necesario para que nos sintamos cómodos en la escena.
“La señora Dalloway”, una lectura altamente recomendable, debe leerse sin miedo a perderse en la narración. Para disfrutar el texto, el lector deberá dejarse seducir por el estilo de la escritora para poder saborear las emociones que sin lugar a duda le tocaran las fibras más sensibles. Los personajes son tan humanos que seremos capaces de entenderlos y empatizar en más de un sentido. Nadie es indiferente a esta lectura ni tampoco nadie sale escéptico ante el talento de Virginia Woolf.
Carlos Ruiz Zafón
“La sombra del viento” es un libro publicado por primera vez en el año 2001 y que adquirió más fama de la esperada por la editorial que lo publicara. Traducido a 36 idiomas diferentes es fácil encontrar, para el lector, de qué trata: un niño de diez años que de mano de su padre conoce el famoso cementerio de los libros olvidados donde descubre una novela de cuyo excelso autor casi nadie sabe nada y la búsqueda por encontrar información sobre él lo llevará a aventuras que nunca soñó tener. Cierto, todo cierto pero injusto. Este es un libro que va más allá de eso. Nos habla de la grandeza del amor, del mero hecho de tenerlo y del dolor de perderlo, de los diferentes envoltorios en que la vida regala el preciado tesoro de la amistad, de la resistencia humana para el dolor, de las motivaciones para hacer lo que hacemos y pone sobre la mesa la propuesta de que el odio puede ser hasta más grande y poderoso que su antagonista.
Daniel Sempere es nuestro guía a lo largo de esta historia. Narrado en primera persona iremos conociendo, junto con él, el resto de los eventos. Junto llegamos al “Cementerio de los Libros Olvidados” y al descubrimiento de un escritor misterioso, del que poca gente sabe algo: Julián Carax. La historia inicia en 1945, en una Barcelona franquista y en los finales de la Segunda Guerra Mundial, donde todo parece envuelto de un color gris. El jovencísimo Sempere será conducido por su padre, un librero de material de segunda mano, a un nuevo mundo donde el misterio y la intriga tendrán un papel protagónico y la pluma ágil y bien cuidada de Ruiz Zafón mantendrá al lector en un dinámico interés por querer saber más.
Como consecuencia del estilo narrativo se podría pensar que el protagonista claro es Daniel, sin embargo, conforme se avanza en la lectura uno descubre un hábil manejo de la técnica narrativa de las cajas chinas: una historia que engloba a otra y esa otra a otra y así sucesivamente. En la narración encontraremos el relato, entre otros, de Daniel, de Julián Carax y hasta de la casa, aquel inmueble que será testigo de momentos claves en las vidas de los dos hombres, que es un personaje sutil pero importante dentro de la trama general. Cada crónica tiene un protagonista cuya existencia se entrelaza con las vivencias de los otros. Daniel que queda hechizado por la escritura y la existencia de Julián Carax, Julián que queda extasiado ante la belleza y el amor de la joven Penélope. Ambos quedan prendados ante algo que sorpresivamente los maravilla y que, porque la vida es así, los llevará a compartir también al mismo antagonista: el inspector Javier Fumero.
Daniel irá conociendo las crudezas de la vida principalmente al lado de las figuras femeninas: su madre, Clara Barceló, Nuria Monfort y Beatriz Aguilar. Huérfano a los diez años y ante el impacto emocional de no recordar la cara de su madre, Daniel buscará (en compensación) mantener con vida a alguien, Carax, que se va esfumando con el tiempo. Descubrirá que no es tarea fácil, como lo hará el mismo Julián quien conocerá el dolor y la incertidumbre como consecuencia de su amor a la hermosa Penélope Aldaya. Julián no está dispuesto a dejar morir sus emociones ni el futuro con el que sueña. Ambos, Daniel y Julián, aprenderán que por mucho que se ame a las personas su presencia en sus vidas no depende del todo de ellos. Es una lección cruda y cada uno la enfrentará con los diferentes recursos que tienen a la mano. Daniel con un padre amoroso y un empleado que se vuelve casi si hermano pese a la diferencia de edades. Julián con una madre emocionalmente débil que lo adora, una figura paterna que lo ama y lo odia al mismo tiempo y amigos llenos de buena voluntad, pero sin la fortaleza para sostenerlo emocionalmente.
Sempere y Carax no serán los mismos al finalizar la historia por el simple hecho de que entre el inicio de esta misma y lo último que sabremos de ellos tiene un periodo de veintiún años. Aunque sus años juveniles van desfazados los dos tendrán muchas similitudes como, por ejemplo, su encuentro con el amor de pareja y las consecuencias de dejarse ir en la emoción, la ingenuidad que les impide ver quien es en realidad su enemigo y hasta dónde es capaz de llegar, lo que nos regresa al ya mencionado Javier Fumero. “La sombra del viento” tiene un gran antagonista. Un hombre incansable para sus propósitos y cuyas acciones parecen darle más fuerza a cada paso que da. No es de sorprender que en algún momento el lector se pregunte si Daniel y Julián serán capaces de vencerlo.
Una obra de misterio que mantiene el hilo en tensión todo el tiempo y la curiosidad viva en quien recorre sus páginas. Una técnica literaria muy pulida que se justifica en una característica que el mismo autor promovía sobre sí mismo: es un escritor organizado y amante de la planificación lo cual también explica el adecuado manejo de los pequeños detalles que hacen majestuoso este relato. La lectura de este libro será una delicia, para el lector experimentado, tras haber hecho lo propio con una obra compleja que le haya dejado el cerebro tiritando. El estilo de Ruiz Zafón, sin demeritarlo, es un remanso sin bajar de nivel literario. Para el lector que comienza a buscar lecturas más complejas este es el libro ideal ya que lo impulsará a seguir el ritmo de una narración que entreteje relatos y con el cual no podrá bajar la guardia.
Recomiendo fuertemente la lectura de este libro, el primer volumen de una tetralogía, donde Carlos Ruiz Zafón, como punto adicional, nos llevará a una Barcelona con lugares muy bien descritos, a giros inesperados y a un tejido de historias y de personajes que son una delicia. Como dijera el señor Sempere a Daniel, aquel primer día en el Cementerio de los Libros Olvidados: “Cada libro, cada tomo que ves, tiene alma. El alma de quien lo escribió, y el alma de quienes lo leyeron y vivieron y soñaron con él”. Feliz lectura.